lunes, 7 de octubre de 2013

¡Consígase un semental, señora!



 
Las mujeres post-menopáusicas no pueden gestar, sin embargo, si gozan de buena salud, siguen deseando tener sexo como si pudieran.

Un dicho popular dice: «No se consuela quien no quiere».

En términos de expresar lo relativo que puede ser cualquier situación cuando de consolarnos se trata, se ha creado la ingeniosa denominación de «daños colaterales» a la muerte de civiles en las guerras entre militares.

Con el propósito de disminuir la presión social excitada por la cantidad de homicidios, los encargados de mantener la seguridad interna diagnostican «ajuste de cuentas entre malvivientes» para que los ciudadanos se consuelen pensando que ese baño de sangre que los alarma no es otra cosa que un fenómeno higiénico que los beneficia (el auto exterminio de los delincuentes que se matan entre ellos).

Una frase breve que chasquea como un látigo dice: «Roba pero hace». La veneración al mítico Robin Hood es exasperante, nos saca de quicio, es abrumadoramente insoportable, PERO... ahí tenemos a los pobres y a los izquierdistas que los asisten, sea como sea, siguiendo caminos legales o ilegales, para repartir dinero entre los pobres. Lo que se considere un «objetivo superior» habilita cualquier apartamiento de la legalidad.

No sería descabellado sugerir que un político gana votos haciendo gala de corrupto pero benefactor. Así es el mito y así funciona en tantos casos: al gobernante corrupto que tiene fama de repartir entre los menos pudientes se lo ama, se lo respeta, y se lo pone en lugares de poder cuantas veces sea porque exhibe «una santa corrupción».

Sin embargo, todas estas incoherencias humanas podrían habilitar algo que no es incoherente pero que para muchos sí lo es.

Las mujeres post-menopáusicas ya no pueden gestar, sin embargo, si gozan de buena salud, siguen deseando tener sexo como si pudieran. ¡Consígase un semental, señora!

(Este es el Artículo Nº 2.016)

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