domingo, 7 de abril de 2013

Esopo y el desinterés por ganar dinero



 
El genial Esopo ganó su fama por su talento y porque a los ricos les resulta  beneficioso invertir en publicitarlo.

Una fábula de Esopo (1) cuenta que un avaro canjeó todos sus bienes por monedas de oro y las guardó en un cofre que enterró en un lugar secreto.

Diariamente iba a visitar la fortuna acumulada en su vida y soñaba con hacer esto o aquello utilizando las posibilidades reales que le permitía aquel enorme capital.

Alguien que observó la conducta del avaro, esperó el momento oportuno y robó el tesoro.

Podemos imaginar el duelo del avaro cuando constató que todos sus proyectos, sueños y posibilidades habían desaparecido para siempre.

Un vecino, apenado por la congoja del avaro, le dio una solución muy inteligente, diciéndole: «Ya que ninguno de tus proyectos realistas pensabas ponerlos en práctica porque solo atinabas a soñar con ellos, pon un ladrillo en el hueco que dejó el ladrón e imagina que ese es tu cofre con oro».

Lamentablemente el avaro no se consoló mirando el ladrillo.

Comentarios:

1) Algunos se regocijan observando lo que han logrado, tanto sea la fortuna material, como la familia que los rodea, como el prestigio que han sembrado en el colectivo al que pertenecen;

2) Por el contrario, algunos se regocijan tan solo imaginando que podrían haber logrado esa misma fortuna, esa misma familia y ese mismo prestigio.

El vecino que sugirió poner un ladrillo en lugar del cofre, pertenece a este grupo de soñadores que prescinden cómodamente de la realidad material pues con imaginar les alcanza;

3) Que el personaje realista sea un antipático avaro nos permite entender que la fama de Esopo se debe a su talento y al patrocinio de los ricos que necesitan la existencia de muchos pobres, imaginativos y soñadores desinteresados en luchar por ganar dinero.

 
(Este es el Artículo Nº 1.836)

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