La Administración Pública está expuesta a los «errores intencionales con fines de lucro»: por eso es ineficiente.
En otro artículo (1) resumí su contenido
diciendo:
«La coherencia es una cárcel intelectual, defendida por
quienes, con tal de no cometer errores optan por no hacer nada».
El miedo a cometer errores tiene como
componente principal las críticas que otros nos hagan.
Esas críticas pueden provenir de quienes son
perjudicados por nuestro desempeño, de quienes se arrogan el derecho de
juzgarnos y de nosotros mismos.
No puedo dejar de mencionar los «pseudo-errores con fines de lucro»,
esto es, aquellas trampas, hurtos o defalcos, que cometemos contando con que,
de ser descubiertos, alegaremos que se trata de una simple equivocación.
En general los humanos nos llevamos mal con la
velocidad. El trabajo apurado es un seguro proveedor de fallos.
Con estos
elementos puedo comentar algo sobre qué ocurre con la lentitud y el costo de
las burocracias.
La «Administración ineficiente a causa del papeleo, la
rigidez y las formalidades superfluas», define a la «burocracia», etimológicamente:
«gobierno de los burócratas», es decir, el conjunto de los servidores públicos.
La
Administración Pública está expuesta a los «errores intencionales con fines de
lucro»: por eso es ineficiente.
(Este es el
Artículo Nº 1.680)
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