lunes, 7 de octubre de 2013

La sexualidad de una compradora compulsiva




Una compradora compulsiva puede ser una mujer que desea a muchos hombres pero que moralmente tiene prohibida la promiscuidad.

Comparto mis observaciones y las opiniones que me inspiran, confiando en que ustedes poseen el discernimiento suficiente para hacer una evaluación tan valiosa como la que podría hacer cualquier especialista.

Claro que si usted piensa que los especialistas son los dueños de la verdad, si piensa que opinar sobre los instintos solo está reservado a quienes hayan publicado por lo menos un libro sobre el tema, entonces tendrá que delinquir, esto es, opinar atrevidamente invadiendo los dominios sagrados de esos propietarios del saber en los que usted cree.

Para alentarlo en este asalto le digo que yo lo hago todo el tiempo, que no respeto la sabiduría de esos famosos más que la sabiduría de quien crió un hijo.

Luego de alentar su audacia a que se anime a pensar por usted mismo, le cuento una de mis observaciones.

La mayoría de las mujeres son muy selectivas con el padre de sus hijos. Por algún motivo propio de la especie, lo eligen muy minuciosamente aunque la decisión está fuera de su control. En suma: ella quiere ser embarazada por Fulanito de Tal y por ningún otro. Así funcionan la mayoría de las mujeres.

Sin embargo, existe otro grupo que tiene un criterio diferente. Podría describirlo diciendo que no prefieren a un varón determinado sino que sienten un amor genérico por los varones. Sueñan con ser embarazadas por muchos. Se imaginan desencadenando una locura colectiva entre los hombres que la conocen. Son capaces de amar a muchos, son enamoradizas, tienen un cuerpo tan magnético que se siente atraído por muchos.

Si la moral le impide acostarse con todos, quizá se consuele siendo una compradora compulsiva que se enamora fugazmente de cualquier objeto.

(Este es el Artículo Nº 1.999)

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