martes, 29 de mayo de 2012

¿De quién es mi vida?


Cuando en una sociedad no está claramente establecido el derecho de propiedad, aumentará la cantidad de ciudadanos irresponsables de los bienes ajenos (robo, vandalismo, graffiti, homicidio).

Es propio de la literatura jurídica la expresión «...cuidará y conservará los bienes como un buen padre de familia», que dicho de otra manera podría expresarse «cuidará algo ajeno como si fuera propio».

Claro que acá se está dando por sentado que las personas son cuidadosas con lo propio, porque si no lo fueran tanto destrozarán (por ejemplo) un auto alquilado como a uno propio.

Vamos a suponer que la inmensa mayoría de las personas cuidan bien lo que les costó un gran esfuerzo obtener y/o lo que necesitan mucho. Esa persona se comporta como «un buen padre de familia» si tiene esa conducta cuidadosa con lo que no le costó un gran esfuerzo obtener y/o con lo que no necesita mucho. Lo cuida porque «un buen padre de familia» respeta a los bienes ajenos y a las necesidades ajenas (tanto como a las propias).

Podría decirse que el bien más preciado ES LA VIDA. Un «buen padre de familia» cuida la vida propia tanto como la ajena.

Pero acá ingresa otro dato sustancial: Cuando la sociedad no le reconoce al individuo la real propiedad de los bienes, entonces es alguien que no tiene bienes propios y por lo tanto no tiene nada para cuidar. Como no tiene nada para cuidar tampoco cuidará los bienes ajenos como a los propios porque estos no están.

En suma: cuando en una sociedad no está claramente establecido el derecho de propiedad, aumentará la cantidad de ciudadanos irresponsables de los bienes ajenos (robo, vandalismo, graffiti, homicidio).

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