El ser humano se comió una manzana y Dios condenó al macho a
ganarse el pan con el sudor de la frente y a la hembra a parir con dolor. ¡Qué
mal ejemplo!
Si bien esto es un mito bíblico, muchos lo aceptan como un
dato histórico y los que no, igual piensan que algo parecido debió suceder.
Lo que me parece pésimo es que un ser tan superior tenga esa
conducta tan intolerante, agresiva, violenta, vengativa, desproporcionada.
Todos queremos ser tan perfectos como Dios (a sabiendas que
no lo lograremos plenamente), pero lo que sí podremos lograr es adquirir esos
rasgos tan antisociales.
La Sagrada Biblia
nos está convirtiendo en:
— haraganes (porque
¿quién no va a procurar eludir el castigo de trabajar sabiendo que él no hizo nada?);
— intolerantes («si
Dios se mostró tan irascible, ¿qué puede esperarse de un débil mortal como
yo?»);
— sádicos (si comer
una manzana dio para tanto, ¿qué puede esperarse de mí cuando me entere quién
me robó el calzado Nike que aún no terminé de pagar?).
¿Para qué sirve
este comentario? Para tener en cuenta que estamos recibiendo un pésimo ejemplo,
tan beatificado como para no poder dejar de imitarlo.
●●●
No hay comentarios:
Publicar un comentario