El negocio de los bancos es recibir dinero de quienes tienen más de lo que necesitan y prestárselo a quienes tienen menos de lo que necesitan.
Para ellos hay dos cosas que son fundamentales: que los ahorristas le tengan confianza y que los que reciben los préstamos devuelvan el dinero recibido.
Cuando uno les va a pedir un préstamo, ellos estudian toda nuestra situación a fondo: analizan el uso que pensamos hacer del dinero con las técnicas más depuradas que puedan existir. Es como si uno fuera a la clínica médica más cara del mundo y pidiera que le hagan un chequeo general.
Si un banco aprueba nuestra solicitud y nos concede el crédito, podemos estar totalmente seguros de que estamos haciendo las cosas bien.
Ahora viene lo del robo: Por hacer todo este estudio los bancos no cobran. Es como si uno se hiciera un chequeo general en la Clínica Mayo de Estados Unidos y no tuviera que pagar los miles de dólares que cobran por ese servicio.
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