Una cosa es lo que nuestra especie tiene instalado por la naturaleza y otra cosa es lo que nuestras culturas (indígena, hindú, europea, etc.) tratan de imponernos.
El resultado es producto de una mezcla dinámica porque la naturaleza no
deja de presionarnos para que se cumplan sus designios y la cultura no deja de
amenazarnos con castigar la desobediencia de sus normas, leyes, dogmas,
prejuicios, refranes, costumbres, modas.
Digo que es una mezcla dinámica porque a veces predominan en nosotros las
características humanas (naturales) y otras veces predominan en nosotros las
características ciudadanas (cultura).
El ser humano en su estado natural no respeta la propiedad privada, pero
las normas de convivencia interponen muchos obstáculos a quienes roban o no
devuelven lo que recibieron en préstamo.
— Si un gobierno legítimamente constituido devalúa la moneda del país, le
está provocando una pérdida a todos los que la poseen (en efectivo o que la han
prestado a otros). Equivale a un robo lisa y llanamente, aunque me consta que
popularmente el hecho no es tipificado como tal.
— Cuando un obrero baja deliberadamente su rendimiento hace algo parecido
al caso anterior: devalúa su producción y eso equivale a un robo a quien le
sigue pagando el mismo salario.
— En el caso de una persona experta en apropiarse de un vehículo para
desarmarlo y vender sus piezas, también comente un robo a su propietario o a la
compañía de seguros y está claro para todos que esto es un robo.
En asunto que quiero señalar es que si concentramos toda nuestra atención
en el caso del ladrón de vehículos, desatendemos las otras manifestaciones de
nuestra tendencia natural a no respetar la propiedad ajena.
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Me gustaría que Ud. opinara sobre PLUNA, pero...., es un abuso: sin embargo, deseo decir que presumo que allí hubo ladrones.
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