Descarto entonces aquella pobreza cuyas causas son ajenas a
la responsabilidad de quien la
padece. Por ejemplo alguien puede ser robado, estafado o
padecer un siniestro y perder todos sus bienes.
Como la pobreza es un estado muy penoso del que nos queremos
apartar rápidamente, procuramos encontrar respuestas definitivas y fáciles de
entender. Es nuestro anhelo encontrar una causa y que sea lo suficientemente
débil como para poder combatirla sin grandes esfuerzos.
Pues bien, esta actitud es una de las causas de la pobreza
patológica pues no es
ajena a la responsabilidad de quien la padece. Esta persona debe solucionar primero su
afán simplificador y su intención de que las cosas se le resuelvan con la
facilidad que promete la magia.
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