viernes, 8 de junio de 2012

The colchón-bank


Esta semana estuve compartiendo con ustedes algunas reflexiones sobre el salario, habiendo comenzado con un artículo titulado Profundicemos el ocio . Luego se agregaron La lucha pasiva y El bumerán.
 
La idea central se refiere a que el salario está justificado porque los seres humanos desearíamos no trabajar.

Otra particularidad de nuestra especie es que, cuando tenemos ahorros, preferimos tenerlos en nuestro poder.

Para modificar esta particularidad nuestra es que los bancos tuvieron que seducirnos con el pago de intereses, ofreciéndonos además la seguridad de sus bóvedas a prueba de ladrones, fuego, agua o cualquier otro agente devastador.

Los bancos son muy reservados a la hora de comunicar sus prácticas. Ellos nunca nos dicen que en realidad no guardan nuestro dinero en cajas fuertes ultra seguras sino que lo prestan a gente que sólo ellos conocen.

Es casi seguro que alguien que posee ahorros también tenga afán de lucro y mucho miedo a perder su tesoro. Por eso se dejan tentar por los intereses que les pagan y con la seguridad que les prometen. Los banqueros no explican su negocio porque si los ahorristas supieran dónde está realmente su dinero, seguramente exigirían un aumento de los intereses.

En suma: el monto de los salarios depende de la proclividad al ocio y el monto de los intereses depende de la proclividad a guardar personalmente los ahorros.

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