Freud-Lacan-instinto-violencia-celo-hembras-fortaleza
economica
En el artículo publicado
ayer con el título Los
instintos ¿están para ser reprimidos?
les decía que según algunos «opinadores»
sobre los fenómenos psíquicos, existen tres instintos: el de auto-conservación,
el de reproducción (sexual) y el de poder (o apoderamiento).
Según cuentan los
historiadores, la violencia ha ido cambiando de forma a través de los siglos:
antes era más física que ahora.
Lo necesario o
deseado era conseguido por la fuerza
física mediante invasiones, violación, esclavitud
y robo mientras que ahora que contamos con el dinero desde hace unos siglos, es
posible aplicar otras formas menos visibles, como es la compra de esos bienes y
muchas veces también voluntades, preferencias y a veces también amor.
En este punto quería
detenerme.
Más allá de las
apariencias que todos podamos percibir, es muy probable que en la especie
humana también sea la mujer (hembra) la que determina cuándo procrear y que por
lo tanto, sea ella la que elige al varón que la fecundará.
Si bien en nuestra
especie no existen períodos de celo tan visibles como en otros mamíferos,
podríamos suponer que ellas están instintivamente dotadas para seducir a un
varón con quien formar una pareja y luego una familia.
Como los factores
culturales influyen en nuestros instintos en tanto estos son sensibles al
entorno (períodos de auge o escasez, guerra o paz, población escasa o
superpoblación), es posible pensar que la mujer no solamente elije a su
compañero por la riqueza genética que intuya en él sino también por una
capacidad económica que les asegure a todos un razonable bienestar.
También es posible
suponer que un buen ejemplar de nuestra especie sea fuerte económicamente.
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