viernes, 15 de junio de 2012

«A este lo quiero para mí»


Freud-Lacan-instinto-violencia-celo-hembras-fortaleza economica

En el artículo publicado ayer con el título Los instintos ¿están para ser reprimidos? les decía que según algunos «opinadores» sobre los fenómenos psíquicos, existen tres instintos: el de auto-conservación, el de reproducción (sexual) y el de poder (o apoderamiento).

Según cuentan los historiadores, la violencia ha ido cambiando de forma a través de los siglos: antes era más física que ahora.

Lo necesario o deseado era conseguido por la fuerza
física mediante invasiones, violación, esclavitud y robo mientras que ahora que contamos con el dinero desde hace unos siglos, es posible aplicar otras formas menos visibles, como es la compra de esos bienes y muchas veces también voluntades, preferencias y a veces también amor.

En este punto quería detenerme.

Más allá de las apariencias que todos podamos percibir, es muy probable que en la especie humana también sea la mujer (hembra) la que determina cuándo procrear y que por lo tanto, sea ella la que elige al varón que la fecundará.

Si bien en nuestra especie no existen períodos de celo tan visibles como en otros mamíferos, podríamos suponer que ellas están instintivamente dotadas para seducir a un varón con quien formar una pareja y luego una familia.

Como los factores culturales influyen en nuestros instintos en tanto estos son sensibles al entorno (períodos de auge o escasez, guerra o paz, población escasa o superpoblación), es posible pensar que la mujer no solamente elije a su compañero por la riqueza genética que intuya en él sino también por una capacidad económica que les asegure a todos un razonable bienestar.

También es posible suponer que un buen ejemplar de nuestra especie sea fuerte económicamente.

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