Antes de esa ley era normal que alguien robara una gallina y
que en represalia la víctima matara a toda la familia del ladrón.
Observe usted el gran avance en materia jurídica que se
logró con esta disminución de la represalia. A partir de la Ley del Talión, la
víctima sólo podía resarcirse de su pérdida robándole una gallina al ladrón.
Claro que después apareció Jesús y dijo que la Ley del
Talión estaba mal, que había que ser aún más considerado y si, por ejemplo,
alguien había robado una gallina, la víctima se ganaría el cielo si le
facilitaba las cosas al ladrón para que le robara una segunda gallina. El lo
expresó diciendo que «Si te
golpean una mejilla, ofrece la otra mejilla para que te la golpeen también».
Quizá yo esté equivocado pero esta sugerencia es desastrosa.
Equivale por ejemplo a que si nos deben dinero, no hagamos nada por cobrarlo;
si trabajamos para otra persona, que no procuremos recibir un salario justo.
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