Sostengo que la única función que tenemos los seres vivos que formamos parte del todo universal (planeta, cosmos), es conservar la vida propia y la de la especie. (1)
No es ésta una función para la que tengamos que formarnos especialmente. Nuestro
instinto de conservación nos aporta las condiciones necesarias para defendernos
de los ataques mortíferos, para buscar alimentos, para copular y reproducirnos.
Por supuesto que no podemos estar fornicando permanentemente porque sería
imposible una reproducción constante.
¿Cómo hacemos los humanos para continuar con nuestro deseo reproductivo sin
procrearnos excesivamente?
Para contemplar ambas necesidades (la de reproducirnos y la de tener una
prole de tamaño adecuado a nuestras posibilidades económicas), lo que hacemos
es sublimar. Esto consiste en hacer
algo parecido pero que nos reporte una satisfacción similar, por ejemplo,
trabajar, construir, crear, inventar, revolucionar, fornicar usando barreras
anticonceptivas, jugar, competir.
Alguien se quejaba hace poco de que los invasores españoles robaron la
riqueza de nuestra América Latina y que esa es la causa (¡500 años después!) de
nuestro subdesarrollo.
Me inclino a pensar que no es esa la causa porque lo importante no es
recibir barcos llenos de oro y plata sino disfrutar de la alegría de cumplir
con los designios de la naturaleza, estos es reproducirnos o en su defecto,
trabajar, ser creativos, producir cambios, pero no acumular riquezas inertes y
estériles.
(1) Ver El dinero
o la vida
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