Para que un objeto sea valioso tiene que poseer por lo menos una característica negativa.
Leyó bien: dije negativa.
Los conductores que usan joyas costosas en su mano o brazo
izquierdo (anillos, reloj), saben que en ciertas ciudades o barrios no deben
conducir con la ventanilla abierta y mucho menos sacar la mano porque se la
pueden amputar.
Viajar con ciertas cámaras fotográficas o filmadoras es un
deporte extremo porque el arrebato puede convertirse en rapiña y perder algo
más que ese preciado objeto.
Los ladrones se ubican por categorías. Los expertos roban
bancos, los aficionados son audaces pero sus emprendimientos no son muy
elaborados y luego tenemos el rango más bajo que está compuesto por
oportunistas que sólo roban cuando la ocasión es propicia.
El robo de celulares quizá sea uno de los más frecuentes,
entre otras cosas porque es un objeto muy fácil de robar y por lo tanto
accesible a esta última categoría de ladrones ocasionales.
No tengo pruebas ni a favor ni en contra de la hipótesis que
compartiré con usted a continuación.
Es probable que las compañías fabricantes de celulares
pudieran implementar una función por la que este dispositivo sólo pueda usarlo
su legítimo propietario.
Supongo que no les convendría activarlo porque un objeto muy
robable denota ser muy apreciado, deseado, requerido, envidiado, es decir, valioso.
En suma, no sería extraño que las compañías fabricantes de
teléfonos celulares los hagan especialmente robables para prestigiarlos, para
poder cobrarlos un poco más y en más ocasiones (porque cuando nos lo roban,
tenemos que comprar otro).
Dicho de otro modo: Si un teléfono no pudiera ser usado por
su ladrón (característica negativa), nadie lo
robaría y eso sugeriría que no es tan valioso.
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