El trueque parece muy sencillo pero tiene sus complicaciones.
¿Cuantos sacos bien tejidos, con lana gruesa, de colores
vistosos correspondería entregar a cambio de una cabra que tendrá entre uno y
tres años, que parece estar sana, que puede llegar a dar mucha leche por el
tamaño de las ubres? Para mí que con tres estaría bien pagada pero el dueño de
la cabra no sé qué se cree que me está pidiendo cinco. ¿Cómo se ve que él no
conoce el trabajo que da construir cada uno de estos sacos?
Esta transacción puede llevar entre dos minutos y seis
horas, dependiendo de la convicción de los negociadores, de la necesidad que
tengan de lo que intentan comprar, de cuánta práctica tengan en intercambiar
este tipo de bienes o de cuánto se hayan informado sobre los acuerdos logrados
en la comarca por otros dueños de sacos y cabras.
En algún momento alguien inventó el dinero. Lo imagino con
mucho tiempo disponible para pensar (es decir, que no tenía nada mejor para
hacer), ansioso (o sea nervioso, intolerante, malhumorado, irritable) y con un
poco de inventiva. En general los grandes inventos fueron logrados por personas
poseedoras de un perfil así aunque después la biógrafos suavizan estas aristas.
De hecho, los inventos que vinieron a facilitarle el trabajo al ser humano
fueron creados por personas que no quería trabajar (vagos).
El dinero es un documento con un valor arbitrario pero digno
de confianza. Se pueden lograr con él casi cualquier importe que uno imagine,
es relativamente fácil de trasladar (aunque es muy robable y esto encarece su
desplazamiento), no se estropea con el tiempo (la cabra envejece y los sacos
pueden apolillarse).
Todos comprendemos que hablar de nuestra sexualidad nos dé
vergüenza pero sigue siendo un misterio porqué sentimos pudor ante los temas de
dinero.
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