Esta pareja de rufianes vivían tan desconformes con su suerte como cualquier empleado de oficina.
Hacía años que cometían dos o tres fechorías por año y la
policía no podía capturarlos a pesar de que varias veces habían estado frente a
frente, conversando de temas intrascendentes o jugando al billar.
El más pequeño y frágil había estudiado algo pero las
reyertas familiares lo obligaron a tomarse venganza haciendo exactamente lo
contrario a lo que preferían sus padres.
El más grandote, forajido y despiadado, pertenecía a una
estirpe de ladrones y criminales, casi todos presidiarios o ex-convictos. Se
diferenciaba de sus pares porque sabía poner una mirada tan dulce y piadosa que
cualquiera lo aceptaría como yerno.
La delincuencia es un arte con algo de ciencia. Requiere un
gran poder de observación, perspicacia psicológica, buenos reflejos,
disciplina. En suma: requiere lo que en cualquier otro ámbito se llamaría «tener conducta».
Hacía poco que
volvieron de un país vecino y se encontraban en la casa del más pequeño un
domingo de tarde preocupados por la escasez de oportunidades en el país propio
y en los limítrofes.
El dinero que les
quedaba apenas alcanzaría para seis meses y el más grandote, forajido y
despiadado comenzó a pensar que sería oportuno ajusticiar a este socio con
quien ya no había trabajos para
hacer.
Comenzó a madurar
su proyecto de matarlo y las diferentes opciones imaginadas tenían alguna
falla.
Pero la situación
económica empeoraba y el asesinato del socio era cada vez más urgente.
Un día invitó al
más pequeño a su casa decidido a matarlo a sangre fría, lo recibió como si nada
le fuera a pasar, se pusieron a conversar y cuando se acercó por detrás para
estrangularlo con una cuerda de guitarra, el más pequeño le dijo: «Creo que
puede haber una buena oportunidad la semana que viene».
El grandote
devolvió la cuerda de guitarra a su lugar, se miró en el espejo que tenía en
frente, vio cómo su mirada se dulcificaba y pensó: «Si lo mato me quedo sin él.
Mejor lo dejo vivo».
●●●
No hay comentarios:
Publicar un comentario