viernes, 29 de junio de 2012

¡Reenvíalo!


¿Qué es la vocación?

El diccionario dice —entre otras cosas— que es la «Inclinación a cualquier estado, profesión o carrera.»

Cada vez que oigo la palabra «inclinación», pienso que es la postura en la cual uno está por caerse.

¿Por qué yo estoy inclinado hacia el estudio de la mente? Respuesta: porque es lo que más me preocupa de mí mismo. Creo que mi parte más débil es la psiquis y la estudio apasionadamente porque quiero fortalecerme (compensarme).

Esta actitud tiene dos consecuencias interesantes:

1) Encuentro soluciones tranquilizadoras para mi propio consumo.

2) Ustedes, quienes me leen o consultan, creen que yo estoy tan bien psiquicamente que puedo vender parte de mi salud mental.

Este segundo punto es muy importante porque todos somos lo que creemos ser, pero fundamentalmente somos lo que los demás dicen que somos.

Por esto es que son tan bien venidos los piropos y tan temidas las recriminaciones.

Esto que acabo de decir lo sabe todo el mundo, pero no es vulgar pensarlo en estos términos.

Imagino una escena en la que yo soy el cliente que consulta a alguien que está detrás de un escritorio o un mostrador y que se dedica a vender eso que me falta (salud, profesía, reparación, seguridad).

Para imaginar esta situación con realismo, debo suponer que al médico le sobra salud, que la adivina conoce el futuro, que el auto del mecánico nunca falla, que al policía nunca lo roban y miles de supuestos por el estilo.

Esta gran equivocación no es visible porque la padecemos todos.

Lo que sí es visible, es la cantidad de personas que reenvían los consejos que circulan en la web.

El placer que logran es imaginarse con exceso de sabiduría y —como si esto fuera poco— ¡muy generosos!

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