sábado, 16 de junio de 2012

Lavado de dinero


El dinero que usamos diariamente está controlado por los bancos centrales de nuestros respectivos países. Esos billetes son de «curso legal y forzoso», es decir que su uso es legítimo y estamos obligados a tomarlo como forma de pago.

Los mismos billetes son usados tanto en transacciones legales como ilegales.

¿Cuáles son las ilegales? Son: robo, tráfico de drogas, prostitución, contrabando de armas, corrupción (coimas, sobornos), desfalco, fraude fiscal,  malversación pública, extorsión, tráfico de inmigrantes, terrorismo y quizá me esté olvidando de algunas.

Como una forma de impedir que el dinero obtenido por estos medios pueda ser usado, los bancos centrales exigen a los bancos comerciales que hagan controles especiales cuando se muevan importes superiores a un cierto valor (U$S 5.000.- por ejemplo).

Los que han obtenido dinero de esta forma («dinero negro» o «dinero sucio») necesitan «blanquearlo» o «lavarlo».

Como en todos lados se aplica el refrán que dice «hecha la ley, hecha la trampa», los delincuentes realizan el «lavado de dinero»,

— fraccionándolo en partidas inferiores a los U$S 5.000 mencionados;

— sobornando a los banqueros para que omitan los controles bancocentralistas;

— dedicándose a negocios legales que parecen muy competitivos porque están dispuestos a vender por debajo de los costos para luego declarar supuestas ganancias espectaculares que no son otra cosa que dinero «sucio» que está siendo «lavado».

No hay comentarios:

Publicar un comentario