domingo, 8 de julio de 2012

El deseo tal cual es


Aceptarnos tal cual somos mejora la convivencia porque aumenta nuestra tolerancia a la diversidad.

Me interesa negar la realidad responsablemente.

Esto es un contrasentido que sin embargo puede darnos cierta utilidad.

A estos efectos entiendo por «negar», la acción de no reconocer como propio un deseo determinado.

Aquello que negamos podemos negarlo porque no existen pruebas fehacientes de su existencia.

En derecho penal pueden tenerse en cuenta las convicciones del acusado para conmutar o atenuar la pena que legalmente le correspondería.

Por ejemplo, en el juicio realizado contra los oficiales nazis en Nuremberg (1945), se entendió que el respeto a la cadena de mando militar no exime al soldado de actuar reflexivamente cuando las órdenes que recibe están reñidas con la moral.

Los jueces terminaron condenando a dichos militares aunque estos alegaron su convicción de que tan sólo cumplieron órdenes.

Un dictamen es diferente al anterior cuando el juez entiende que el acusado se vio realmente obligado por su conciencia (convicción) a realizar el acto que se le cuestiona.

Ahora retomo el tema referido a la negación psicológica.

La semejanza con el ejemplo legal propuesto anteriormente está en que nuestra conciencia puede ordenarnos coercitivamente (convicción) a que no tengamos en cuenta (neguemos) algo que nuestra psiquis no puede tolerar en la conciencia.

Por ejemplo, una señora que tiene su vida organizada en base a reprimir su deseo inconsciente homosexual, no puede aceptar que se le diga lo que le ocurre realmente. Puede escucharlo pero como su equilibrio psíquico la obliga a negarlo, entonces negará su homosexualidad en defensa de su salud mental.

La negación responsable que propongo consiste en poder asumirnos tal cual somos: Soy ladrón pero me abstengo de robar; soy gay pero me abstengo de practicar mi homosexualidad; soy mezquino pero necesito disimularlo.

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