domingo, 8 de julio de 2012

La desventaja de ser mujer


Las hembras mamíferas cuentan con el instinto para regular sus embarazos, pero las humanas (mujeres) dependen de su intelecto para tomar decisiones y de la presión social que las reprime.

Los envases vacíos de las bebidas que vamos consumiendo  pueden apilarse en algún lugar que no molesten, pero no necesariamente protegidos de un posible robo. ¿Quién puede codiciar envases vacíos?

Sin embargo, el dinero que hemos cobrado a fin de mes, las joyas que heredamos de la abuela o el televisor que aún no terminamos de pagar, deben ser guardados, protegidos, custodiados.

Estos dos ejemplos extremos están puestos ahí para generar un clima intelectual que nos prepare para la lectura del siguiente comentario.

Los humanos estamos divididos en dos sexos (femenino y masculino), muy parecidos en varios aspectos y tan diferentes en otros que he llegado a sugerir que podríamos formar especies diferentes. (1)

Asumo que somos animales valorativamente similares a cualquier otro, con los cuales podemos hacer comparaciones como recurso para entendernos mejor.

En todos los mamíferos la aceptación sexual de la hembra coincide con su momento de fertilidad (estro) ... en todos menos en los humanos. Con ellas la aceptación sexual puede ocurrir en cualquier momento, esté ovulando o no.

La incompletud de funciones que se verifica entre los humanos cuando nos comparamos con los caballos, perros, ballenas, está compensada por las decisiones.

Dicho de otro modo: las mujeres tienen que decidir no tener sexo para no fecundar más hijos de los que podría alimentar.

Como nuestro desempeño intelectual también es muy precario y los varones somos incapaces de rechazar una solicitud de fecundación, las mujeres tienen que ser ayudadas a cuidarse, no solo por las leyes sino también por la costumbre de reprimirlas, custodiarlas, vigilarlas.

A ellas les gusta ser cuidadas hasta el punto de quejarse orgullosamente.


 

 

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