Los varones ganan más dinero que las mujeres porque están
menos frenados por la vocación homosexual inherente a la condición femenina.
Observemos algunos datos de la realidad en los
que estaremos todos de acuerdo, para luego interpretarlos de forma
inevitablemente discutible.
Es indiscutible
— que los varones tenemos órganos genitales
externos, lo cual contrasta con nuestras compañeras de especie en las que son
internos;
— que en la casi totalidad de los casos es la
madre quien se encarga de alimentar y cuidar al recién nacido, continuando de
esa forma lo que estuvo haciendo con el útero hasta el nacimiento;
— que existe una prohibición de cometer
incesto.
Datos discutibles (pues el psicoanálisis solo
es una teoría), son:
— la visibilidad de los órganos genitales
masculinos instala en su portador el temor a que le sean cortados, dañados,
robados. Esta es una de las tantas características que conforman el «complejo de castración»;
— que sea
una mujer la que presta los primeros servicios post parto, muy probablemente
conduce a que varones y niñas aprendamos a amar a una persona de sexo femenino;
— por esta
razón las mujeres son propensas a la homosexualidad (1) y los varones propensos
a la heterosexualidad;
— puesto
que nuestra única misión (2) es la de conservar la especie, ellas sienten
contrariado el instinto maternal por la vocación homosexual;
— por su parte,
los varones desearían copular con la madre (complejo de Edipo) pero se ven
inhibidos por la prohibición del incesto y por sentirse expuestos a un castigo
que amenaza la conservación de los genitales.
Estos
hechos (indiscutibles o no), hacen que los varones estén más decididos a la reproducción
(porque desean a una mujer), las mujeres sientan más dudas frenadas por la
homosexualidad (que no es reproductiva)
y que por eso hayan más varones ricos que mujeres ricas.
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