viernes, 13 de julio de 2012

Los impuestos desestimulantes


Es posible encontrar similitudes entre las sanciones penales de los delitos y las políticas fiscales desestimulantes de algunas actividades.

En otro artículo (1) comenté que la política fiscal de una nación no sólo es utilizada para recaudar los fondos necesarios para solventar los gastos comunes sino también para orientar algunas políticas de estímulo y desestímulo.

Tendrán beneficios quienes hagan lo que al colectivo más le conviene (maternidad, cuidados, filantropía, altruismo) y pagarán más impuestos aquellas actividades que la sociedad no tenga más remedio que permitir pero que en realidad desearía prohibirlas (alcoholismo, juego, pirotecnia).

Los impuestos más severos se cobran privando de la libertad a los «contribuyentes».

En el caso del encarcelamiento tenemos que hacer un esfuerzo intelectual para poder categorizarlo como formando parte de la política fiscal, pero este esfuerzo podría estar justificado si nos permite conocer algunas ideas inaccesibles por otro camino.

Aunque resulte irritante, la delincuencia participa activamente en la economía y por lo tanto los delincuentes son agentes económicos.

Mucho dinero cambia de manos a causa de los robos, asaltos, arrebatos, rapiñas, chantajes, estafas, secuestros extorsivos, evasiones fiscales, delitos informáticos.

De todas estas actividades, sólo algunas llegan a conocerse como para que los estados puedan intervenir aplicando las leyes previstas para sancionar a los responsables.

La política fiscal aplicada en estos casos consiste en recuperar lo que la sociedad haya perdido por la acción delictiva más un plus que desmotive la reiteración.

El encarcelamiento es un costo que los delincuentes tienen en cuenta y, como cualquier otro empresario, es considerado a la hora de iniciar el emprendimiento delictivo (asaltar un banco, introducir mercadería de contrabando, sobornar a un funcionario).

Por lo tanto podemos encontrar similitudes entre los impuestos que se usan para desestimular ciertas actividades (alcoholismo, juego, pirotecnia) y las sanciones disuasivas de la delincuencia.


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