El fútbol simboliza el apoderamiento de un objeto deseado (la pelota) y sólo permite sublimar el deseo de robo entre quienes son capaces de simbolizar.
La «propiedad
privada» es una imposición cultural opuesta a nuestros instintos.
Como he sugerido en otros
artículos (1), la transgresión a la propiedad privada genera:
— malestar entre las
víctimas;
— ambivalencia («Me disgusta pero siempre existió») entre los
observadores que aún no fueron perjudicados;
— dolores de cabeza en los
jerarcas que prometieron «terminar con el flagelo de la
delincuencia»;
— apasionamiento entre quienes luchan por mejorar la distribución de la
riqueza al estilo Robin Hood (2);
— fuentes de trabajo entre quienes venden promesas de seguridad en forma
de «guardia permanente», enrejados, alarmas.
También he sugerido que un individuo con la función simbólica subdesarrollada
(3) (escaso lenguaje, pobre interpretación del entorno, dependencia de los
prejuicios), tiene también subdesarrollada la relación causa-efecto. Me
explicaré:
— el fútbol es un deporte apasionante para millones de personas;
— el juego representa, teatraliza, simboliza varios sentimientos, fantasías y deseos inconscientes (4);
— los mejores jugadores de fútbol son aquellos capaces de
apoderarse y no perder una pelota que representa (simboliza) «el objeto
deseado», «la riqueza», «la vida»;
— los fanáticos del juego concurren, se emocionan, aplauden
a esos jugadores que con destreza física, fuerza, audacia, creatividad,
atrevimiento, desprecio por los contrarios, se apoderan del objeto deseado (la
pelota) para introducirla justamente donde esos contrarios no quieren: en su
propio arco.
Quienes tienen desarrollada la capacidad simbólica, calman
su deseo de apoderamiento tan sólo disfrutando del espectáculo deportivo que lo
teatraliza, lo representa, lo simboliza.
Quienes no tienen desarrollada la capacidad simbólica, no
calman el deseo de apoderamiento porque no lo subliman con esta metáfora
deportiva. Sólo calman el deseo de apoderamiento robando, comprando objetos
robados, venerando a Robin Hood, evadiendo impuestos, ignorando los actos vandálicos.
Nota: «Sublimar» significa satisfacer un deseo prohibido con acciones
permitidas, por ejemplo, canalizar los impulsos agresivos practicando boxeo.
●●●
No hay comentarios:
Publicar un comentario