Somos pobres porque nuestro esfuerzo rinde poco pues no aceptamos que somos esclavos (de las necesidades y los deseos).
Dos de las definiciones de la palabra «esclavitud» que nos informa el Diccionario
de la Real Academia Española, dicen:
2. f. Sujeción rigurosa y fuerte a las
pasiones y afectos del alma.
3. f. Sujeción excesiva por la cual se
ve sometida una persona a otra, o a un trabajo u obligación.
La palabra «sujeción»
nos permite visualizar una atadura, ligazón, vínculo y cuando se agregan las
palabras «rigurosa» y «excesiva», tenemos que pensar en la imposibilidad
material de apartarnos de esa conexión.
Detrás de
ambas definiciones están presentes algo tan incontrolable como las necesidades
y los deseos.
Tenemos acá
nada menos que los motivos casi exclusivos de por qué no somos libres, de por
qué el libre albedrío es una ilusión popular y de por qué nos cuesta tanto
asumir que estamos firmemente determinados, obligados, prisioneros de
coacciones que no responden a nuestro control.
Es
cierto que somos «esclavos» de nuestras necesidades: comer, descansar,
abrigarnos, beber, reproducirnos.
También
es cierto que somos «esclavos» de nuestros deseos: satisfacer la curiosidad
estudiando, viajando, experimentando; sentir los placeres que nos brinda el
erotismo no reproductivo; gratificarnos con las expresiones artísticas.
Lo
que evoca nuestra mente estimulada por la palabra «esclavitud» es lo económico,
eso que comenzó hace milenios para abusar de los prisioneros de guerra y que
luego continuó con el tráfico de personas.
Siempre
la evaluamos negativamente y de esa manera decimos rechazarla con mucho
énfasis, determinación, convicción, ... sólo para negar que realmente somos
esclavos de nuestras necesidades, deseos y de quienes compran nuestra
producción o fuerza de trabajo.
Este
torpe autoengaño nos roba energía, nos desmoraliza, nos quita eficacia. Aceptar
humildemente que somos esclavos, aumentaría el rendimiento de nuestro esfuerzo.
Nota: La imagen corresponde al óleo
de Jean-Léon
Gérôme titulado El mercado de esclavos y es del año 1884.
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