lunes, 16 de julio de 2012

Sobre la piratería informática


La piratería informática es un robo por donde se lo mire pero nos indignamos contra sus víctimas porque reclaman.

En 2006 un taximetrista de Arizona - EEUU (Jeffrey Howell), fue demandado en cuarenta mil dólares por las compañías discográficas cuando se enteraron que este señor había cargado en su computadora unos CD’s de música originales comprados en su tienda discográfica.

El formato MP3 es ideal para comprimir archivos de música y los programas P2P (point-to-point), tales como Ares o Emule son ideales para que el contenido de un CD original, se replique infinitas veces de tal forma que si aquel taximetrista Jeffrey Howell hizo el gasto de aproximadamente U$S 15.- para disfrutar de diez o doce canciones de su cantante predilecto, yo, desde Montevideo, no tengo por qué gastarlos también.  

Por su parte, esta inocente operación de bajar música de Internet,

— genera ahorros significativos a los internautas;
— difunde el arte como nunca antes en la historia de la humanidad,
— populariza el talento de los artistas como nunca antes en la historia de la humanidad,
— provoca un robo por un monto nunca antes alcanzado en la historia de la humanidad, pues con los U$S 15.- que gastó Jeffrey Howell, casi todos disfrutamos del talento de un artista gratuitamente.

¿De qué viven los cantantes, músicos y compositores? Viven de lo que recaudan en los conciertos en vivo.

¿De qué viven las compañías discográficas y los comerciantes que venden al por menor? De los CD’s originales que compran quienes son tan visibles que no pueden robar como los internautas: Radios y Salones de Baile.

Seis años después de aquel fatídico 2006 para Jeffrey Howell, las víctimas de este robo mundial (artistas, compositores, compañías discográficas) vuelven a la carga, provocando un escándalo generalizado de los indignados ladrones, uno de los cuales soy yo mismo.

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